domingo, noviembre 16, 2008

Gestionar adecuadamente los sentimientos organizativos

Las organizaciones hoy en día reclaman directivos que sepan conectar positivamente, de forma optimista, con la gente que con ellos trabajan. Si ese vínculo falla, la más sólida de las empresas acabará por venirse abajo.

Medidas que pueden tomarse para gestionar adecuadamente los sentimientos organizativos.

1. Transmitir únicamente lo que los demás pueden asumir.
2. No descargar “tormentas” o inquietudes interiores ante quienes nada pueden hacer para resolverlas.
3. Decir siempre aquello que ayuda.
4. Comunicar con claridad, huyendo del doble lenguaje, de las “agendas ocultas”.Rutinas defensivas.
5. Manifestar entusiasmo por las ventajas ajenas, superando la envidia que en algunos producen los éxitos ajenos.
6. Mantener la visión positiva en las situaciones difíciles. De diez amenazas sólo se cumple una. Preocuparse por las diez y trasladar esa intranquilidad a los demás es superfluo y dañino.
7. Aceptar que no todo puede salir bien, que el mundo no está hecho a nuestro gusto.
8. Aceptar que los demás tienen visiones de la realidad que no coinciden con la propia y que no por eso están equivocados.
9. No empeñarse en medirlo todo. ¿Cuánto vale el buen tono en una oficina? Quizá no sea mesurable, pero en el corto, el medio y el largo plazo la cuenta de explotación se ve afectada positivamente.
10. No pensar que los demás son enemigos, o prejuzgar sus malas intenciones. Ser ingenuo puede facilitar exceso de confianza; ser quisquilloso aleja del trato sincero y productivo.

(Feelings Management. La gestión de los sentimientos organizativos. ISAVIA)

sábado, octubre 04, 2008

El contexto lo es todo: el ser y la nada



En el juego de la vida el ser humano tiene la doble condición de contexto "ser" y contenido "manifestación".

Lo que creemos que somos limita o expande nuestras posibilidades. Operamos en nuestras vidas identificándonos con el cuerpo, los pensamientos o las emociones. En la medida en que demos por cierto que somos alguna cosa, nos vamos a adherir, a identificar con eso y eso nos va a controlar. El ser que soy tiene pensamientos, emociones y un cuerpo, en cambio yo no soy mi experiencia, soy el que tiene la experiencia. Soy contexto, todo lo demás es contenido. Soy el que sostiene el contenido.
El ser sería el contexto, los pensamientos, le físico, las emociones, el contenido. El ser no es alguna cosa, Heidegger lo llama “la nada”. La nada como posibilidad del todo.

Es difícil captar que somos nada, “no cosa”. La mente sólo entiende y puede captar cosas. Si me pregunto ¿quién soy? La mente tiene un motón de respuestas en relación a que soy algo (mujer, alto, somático…). Si me identifico con algo me pasaré la vida, por supervivencia, defendiendo ese algo y eliminaremos las restantes posibilidades. Si soy nada, la mente lo vivencia como la muerte.

La mente va a resistir esto porque quiere que nos identifiquemos con algo. Ella quiere persuadirnos para sobrevivir, de modo que somos alguna cosa que cae dentro de sus categorías.

Las posibilidades existen cuando capto que no soy nada. Cuando entiendo que no soy nada todo es posible.

Si me quedo con la posibilidad de que no soy nada, hay todo, porque él único espacio que puede contener todo es la nada. El contexto que permite el todo como contenido es la nada.

Mientras sea algo no puedo se otra cosa, si soy algo, solo puedo ser algo, no puedo ser otra cosa, ese algo puede ser solamente ese algo. No hay posibilidad en ese algo, solo unas pocas opciones.

En los momentos de la vida en que todo funciona, es porque mi manera de ser era la que se requería. Pero lo que se requiere en la vida va cambiando. Cuando dejo de funcionar es porqué no estoy siendo el que tengo que ser.

“Cuando conocía todas las respuestas me cambiaron las preguntas” Benedetti

Nos podemos transformar, podemos ser de la manera que tengo que ser para lograr lo que quiero; porque soy nada, que significa que puedo ser todo, porque la nada es el único espacio que puede contener el todo.


El ser es un contexto, un espacio, no es una cosa. La distinción entre contexto y contenido permite que la relación que yo tengo conmigo mismo se transforme si yo paso a tener experiencias en lugar de ser mi experiencia.

Al experimentar mi ser como nada, puedo comenzar a comprender que soy todo. El contexto es todo. Si la mente me limita a algo, a su realidad, pierdo un potencial enorme de lo que la vida podría ser para mi.

sábado, septiembre 27, 2008

Responsabilidad y protagonismo

La mente tiene una diversidad de interpretaciones de lo que es la responsabilidad; una de ellas es interpretarla como culpa, como falta; o sus opuestos, como crédito o mérito. La culpa es el precio automático que pagamos cuando nuestras acciones no coinciden con nuestras creencias respecto a como deberíamos comportarnos.

Hay otra interpretación de control. Un lugar habitual desde donde operamos es el lugar del control. Algunas veces cuando decimos que somos responsables por algo, lo que estamos queriendo decir es que estamos en control de eso, que estamos a cargo. La gente que opera desde el control se la pasa justificando, racionalizando y manipulando; se manipulan a ellos mismos, a otras personas, para poder quedarse en control.

Una tercera interpretación irresponsable de la responsabilidad ocurre cuando la confundimos con el deber o la obligación. Nos pasamos la vida operando desde un contexto en el cual todo en la vida es percibido como una obligación, un tengo que, y finalmente llega la gota que rebasa el vaso, la última y explota todo.

Esteban Pinotti, en su libro Coaching ontológico, considera estas tres interpretaciones de la responsabilidad irresponsables y plantea el concepto de responsabilidad integral.

La responsabilidad integral, ya sea individual o colectiva, es la habilidad de responder ante los desafíos que representan las circunstancias en las que se desenvuelve nuestra vida. Es habilidad para generar una respuesta y significa que, sea lo que fuere que pase en el mundo, yo tengo algo que ver.

Estamos en una cultura que promueve que todo el mundo se sienta víctima.Pero hay que pagar el precio de renunciar a echar la culpa y tomar conciencia del protagonismo que ejercemos en nuestras vidas.

Demasiadas veces, la inercia en la que vivimos, nos previene de la responsabilidad y nos lleva a interpretaciones irresponsables de la responsabilidad, que nos impiden tomar conciencia, y nos quedamos sin ningún poder para responder ante las circunstancias.

El primer paso para desarrollar el poder personal es abandonar la postura de víctima y adoptar una postura responsable frente a todos los acontecimientos en la vida. El poder personal es la habilidad de responder poderosamente ante las circunstancias. El poder personal tiene que ver con un papel de protagonismo en la propia vida, con hacer que ocurra lo que queremos que ocurra, con la responsabilidad integral.

Las historias de víctimas son poco efectivas porque auspician las quejas frente a las circunstancias y previenen la declaración responsable de una oportunidad de aprendizaje.

Entre el deseo de cumplir con un objetivo y realmente llegar a un resultado puede existir un largo camino. Todo camino a un resultado se encuentra empedrado de infinitas variables y eventos. El tipo de observador que seamos de las circunstancias es lo que nos definirá entre situarnos en el área de víctima o en el área de protagonista.

Muchas veces estamos ciegos al área en la que estamos situados, principalmente cuando estamos siendo víctimas de las circunstancias. Lo que determina este conocimiento, este "darse cuenta" es el nivel de conciencia en el que estemos.

Distinguimos ocho pasos para alcanzar una actitud protagonista:

ESCALERA DE PROTAGONISMO

Area de Víctima
1.- Inconciencia.
2.- Echarle la culpa a otros.
3.- "No puedo" - Excusas.
4.- Esperar y Desear.

Area de Protagonista
5.- Reconocer la realidad.
6.- Adueñarse de la realidad.
7.- Encontrar soluciones.
8.- Hacer que ocurra.


Rafael Echevarria "Ontología del lenguaje"
Esteban Pinotti "Coaching Ontológico para Empresas"
Esteban Pinotti "Coaching Ontológico"

El ser humano despierto

El "ser humano despierto" es aquel que permanece como un testigo atento y vigilante, no sólo del mundo que lo rodea, sino de sí mismo también: de su cuerpo, sensaciones, emociones y pensamientos.

Esta actitud provoca que nunca se olvide de sí, experimentando esto como un despertar: cuando el ser humano permanece alerta de sí mismo, se da cuenta de que es y está, de que existe, "conciencia del ser".



Ken Wilber nos lleva a trascender la dualidad, acceder al ser despierto, en un sencillo ejercicio:

"Ser un testigo del ser consciente puede prolongarse durante la vigilia, el sueño onírico y el sueño profundo. El Testigo se halla totalmente accesible en cualquier estado, incluyendo tu propio estado de consciencia de este mismo instante. Así que les voy a guiar hacia ese estado, utilizando lo que en Budismo se llama “instrucciones indicativas”. No voy a intentar conducirles a un estado de consciencia diferente, a un estado de consciencia alterado o a un estado diferente de lo común. Simplemente, voy a destacar algo que ya está ocurriendo en tu estado actual, presente y habitual.

Así que comencemos por tomar consciencia del mundo que nos rodea. Mira al cielo, y simplemente relaja tu mente; deja que tu mente y el cielo se fundan. Observa las nubes que flotan. Toma nota de que esto no requiere de esfuerzo alguno de tu parte. Tu estado de consciencia actual -en el que flotan estas nubes- es algo muy simple, muy fácil, que no requiere de esfuerzo, espontáneo. Simplemente toma nota de que, sin mediar esfuerzo alguno, tomas consciencia de las nubes. Lo mismo ocurre con esos árboles, esas aves y esas rocas. En forma simple y sin esfuerzo, tomas conciencia de todos ellos.

Observa ahora las sensaciones presentes en tu propio cuerpo. Puedes tomar consciencia de cualquier sensación corporal que se halle presente ahora: quizás la presión del mueble, quizás el calor en el abdomen, quizás una tensión en tu cuello. Sin embargo, aún si estas sensaciones fuesen de tensión, puedes tomar consciencia de ellas con facilidad. Estas sensaciones surgen en tu consciencia presente, y esa consciencia es muy simple, fácil, relajada, espontánea. Eres un testigo, sin esfuerzo y sin dificultad.

Observa los pensamientos que surgen en tu mente. Puede que observes diversas imágenes, símbolos, conceptos, deseos, esperanzas y temores, todos los cuales surgen espontáneamente en tu consciencia. Surgen, permanecen unos instantes y luego se van. Estos pensamientos y sensaciones surgen en tu consciencia de este momento, y esa consciencia es muy simple, relajada y espontánea. Sin esfuerzo ni dificultad, eres un testigo de todo ello.

Así que observa: puedes ver flotar las nubes porque no eres esas nubes, eres quien las está mirando. Puedes sentir sensaciones corporales porque no eres esas sensaciones: eres el testigo de esas sensaciones. Puedes ver cómo flotan los pensamientos porque tú no eres esos pensamientos -sino un testigo de su presencia-. En forma natural y espontánea, todas estas cosas surgen, por sí solas, en tu darte cuenta presente, sin que medie esfuerzo de tu parte.

Y entonces, ¿quién eres tú? No eres los objetos de allá afuera, no eres las sensaciones, no eres los pensamientos -sin esfuerzo, eres un testigo de la presencia de todos éstos, de modo que no eres ellos. ¿Quién o qué eres tú?

Dilo de este modo para ti mismo: tengo sensaciones, pero no soy esas sensaciones. ¿Quién soy? Tengo pensamientos, pero no soy esos pensamientos. ¿Quién soy? Tengo deseos, pero no soy esos deseos. ¿Quién soy?

Así que retrocedes hacia la fuente de tu propia consciencia. Retrocedes hacia el Testigo, y descansas en el Testigo. No soy los objetos, no soy las sensaciones, no soy los deseos, no soy los pensamientos.

Pero entonces, por lo general las personas cometen un gran error. Creen que, si descansan en el Testigo, van a ver algo o sentir algo, algo realmente exquisito y especial. Pero no verás nada. Si ves algo, se tratará simplemente de otro objeto: otra sensación, otro pensamiento, otra sensación, otra imagen. Sin embargo, todos éstos son objetos: no eres ninguno de éstos.

No es así: mientras descansas en la realización del Testigo -no soy los objetos, no soy las sensaciones, no soy los pensamientos- todo lo que observarás es una sensación de libertad, una sensación de liberación, una sensación de alivio… alivio de la tremenda limitación que implica el identificarse con estas pequeñeces, pequeños objetos finitos, tu pequeño cuerpo, pequeña mente y pequeño ego, todos los cuales son objetos que pueden ser vistos y, por lo tanto, no son Aquél que ve, el verdadero Yo, el Testigo puro, aquél que realmente eres.

Así que no verás nada en especial. Lo que surja está bien. Las nubes flotan en el cielo, las sensaciones flotan en el cuerpo, los pensamientos flotan en la mente -y, sin esfuerzo, tú eres testigo de todo esto-. Todo esto surge espontáneamente y sin esfuerzo en tu consciencia presente. Y esta consciencia que es testigo no es, en sí, nada específico que puedas ver. Es, simplemente, una gigantesca sensación de libertad -o de vacío puro- en el trasfondo. Y en ese vacío puro -que es lo que eres- surge el mundo entero de lo manifiesto. Tú eres esa libertad, esa apertura, ese vacío -y no alguna de las cosas que surgen de allí-.

Descansando en ese atestiguar vacío, libre, fácil y carente de esfuerzo, observa que las nubes surgen en el amplio espacio de tu consciencia. Las nubes surgen en tu interior -tan así es que puedes saborear las nubes, eres uno con las nubes-. Es como si estuviesen a este lado de tu piel… están tan cerca. El cielo y tu consciencia se han vuelto uno solo, y todas las cosas en el cielo flotan sin esfuerzo a través de tu propia consciencia. Puedes besar al sol, tragarte la montaña… están así de cercanos. El Zen dice, “Tómate el Océano Pacífico de un solo trago”, y eso es lo más fácil de hacer cuando adentro y afuera ya no son dos, cuando sujeto y objeto no son dos, cuando el que mira y lo mirado son Un Solo Sabor Único. ¿Lo ves?"

Meditar o estar ocho horas delante de una pared

" Muchas personas confunden la verdadera meditacion con los ejercicios de concentración"

martes, abril 15, 2008

El despido interior


La huida interna, el exilio interior, el repliegue son conceptos psicológicos aplicados a la vida personal. Los alemanes fueron los primeros en extrapolar este fenómeno al mundo laboral: el Despido Interior. El Despido Interior se define como “la renuncia a poner empeño en el trabajo”.

El Despido interior es el resultado final de un largo y complejo proceso de vivencias negativas, hasta el punto de que la diferencia entre las expectativas previas y la realidad se hace tan grande que genera una acumulación de dolor y decepción insoportable que lleva a la resignación laboral.

El Despido Interior se activa después de un cúmulo de decepciones que desencadena un montón de pequeños cambios. El trabajador se distancia de sus funciones sin llamar la atención y pasando inadvertido, evitando conflictos. Se autoaísla.

Es un proceso lento, sutil, silencioso e invisible que puede llevarnos a un malestar insostenible, porque la suma de estos pequeños cambios cotidianos, en un período de tiempo largo, tiene un impacto importante y drástico en nuestra vida.

El Despido Interior no llama la atención de nadie, ni de la persona que lo vive ni de las personas que la rodean. La persona que lo padece ejecuta todo de forma mecánica y rutinaria, apagada a nivel mental y emocional. Se siente rara, una especie de fantasma, un ser invisible, un zombi un vegetal; considera que lleva una vida amorfa.

Todos podemos padecerlo en algún momento de nuestras vidas, pero quienes están en riesgo suelen ser personas que tenían mucha ilusión, que quisieron entregarse al máximo a algo que les era muy importante. Son personas que tienen un gran sentido de la contribución y dedicación. Demuestran un nivel de autoexigencia alto y tienen mucha ambición porque sueñan con lo mejor y quieren conseguirlo, aspiran a los más grandes retos.

Los elementos que desencadenan el Despido Interior pueden ser internos o externos, y todos ellos tienen en común que no cumplen nuestras necesidades universales de realización, reconocimiento y contribución.

1) Realización: nos sentimos realizados cuando podemos a través de nuestras responsabilidades desarrollar nuestras habilidades y capacidades, expresar nuestra creatividad, compartir nuestra opinión y asumir riesgos.

2) Reconocimiento: el reconocimiento nos conecta con los demás. El reconocimiento se genera a partir de la valoración del otro, de lo que hacemos, el apoyo que nos traslada, el respaldo que nos da o la atención que nos proporciona.

3) Contribución: contribuir con algo más grande que nosotros. Dar un sentido a lo que hacemos, encontrar un significado.

Cuando no existe un equilibrio entre estos tres ejes se activa el Despido Interior desde dos tipos de disparadores: internos y externos.

Los disparadores externos influyen en las personas y en sus relaciones. Los disparadores pueden provenir del entorno organizacional de la propia organización y de la sociedad.

Los disparadores internos se basan en la relación que tenemos con nosotros mismos, como nos tratamos, y las relaciones que tenemos con lo que más valoramos. Los disparadores internos nos desestabilizan desde dentro, nos vuelven más vulnerables. Los disparadores internos son:

- Aparcar nuestros sueños
- Dar la espalda a nuestros valores o principios
- Mantener un desequilibrio entre nuestras esferas de vida
- Jugarnos una mala pasada por nuestros prejuicios

Del Despido Interior al Despertar Interior. El verdadero primer paso para salir del Despido Interior consiste en nuestra propia necesidad de mejora. Lo cierto es que cuanto más lejos hayamos llegado, más apoyo necesitaremos y de todo tipo. El camino de vuelta será costoso y estar acompañado –por la familia, amigos, compañeros, ayuda profesional, coach - es clave para facilitar la remontada.

El camino de vuelta no pasa por soluciones o recetas “mágicas”. Consiste más bien en
pequeños gestos cotidianos que nos ayuden a grandes cambios a nivel de pensamiento y
comportamiento. Algunos de estos pequeños gestos son:

- Soy mis sueños: conectar de nuevo con mis sueños. Mi visión
- Tengo una razón de existir: vivo de acuerdo a mis valores (Mi proposito, mis valores)
- Me entrego a mi para entregarme mejor a los demás: me comprometo conmigo mismo (acciono)
- Desvelo mi fuerza interior: fuerza de voluntad y disciplina (soy el protagonista)
- Soy una fuente inagotable de energía: equilibrio entre mi mente, mis emociones, mi cuerpo y mi espíritu (coherencia y quilibrio)
- El descubrimiento es mi zona de confort: empujarnos fuera de nuestra zona de confort (empuje)
- Mi mejor defensa: sin defensa (apertura)
- Mi poder de elegir: reivindicar nuestra libertad (decisión)
- Soy mi propio agente de cartera: soy la mejor persona para saber lo que es mejor para mi (mi valor)
- Desarrollo mi capacidad de duelo: soltar, dejar ir, hacer hueco y dejar que algo nuevo entre (recupero espacio y energía)
- Activo mi memoria de logros y desactivo mi memoria de fracasos (balance de éxitos)
- Desarrollo mi capacidad de resilencia: coraje de hacer frente a la realidad tal y como es (coraje de ser, capacidad para reinventarse)


“EL DESPIDO INTERIOR”
Del “Happy Hour” al “Happy Life”. Cuando nuestra infelicidad laboral nos lleva a convertir nuestro trabajo en una prisión.
Lofti El-Ghandouri
Septiembre 2007
Editorial Alienta

viernes, febrero 29, 2008

Entrenando el ser

Coaching es... no decirle a la gente que hacer... es más bien darles la oportunidad de examinar lo que están haciendo a la luz de sus intenciones. Como actividad genérica, tiene como finalidad identificar y disolver los obstáculos que las personas solemos encontrar en el logro de nuestras aspiraciones. Es un camino, una invitación al cambio, a ser cambiando, a pensar diferente, a revisar nuestro modelo y aprender a soltar.

“¿Cómo sería una vida que valga la pena ser Vivida?”

En coaching encontramos diferentes escuelas, una de ellas es el coaching ontológico. La palabra ontología significa estudio del ser. El coaching ontológico trata sobre el modo de ser, de estar siendo Los principios sobre los que se basa son:

No sabemos como son las cosas, solo sabemos como las podemos observar. Vivimos en mundos interpretativos.
Solo podemos operar en el mundo que podemos observar
No sólo actuamos de acuerdo a como somos, también somos de acuerdo a como actuamos, la acción genera ser.
Actuamos de acuerdo a los sistemas sociales a los que pertenecemos, sin embargo a través de la acción podemos cambiar dichos sistemas
El lenguaje es acción y a partir de él podemos crear nuestra "realidad" y la del entorno
Nuestra forma de pensar puede ser modificada cambiando las palabras que nos frenan por otras que nos impulsen

Los seres humanos obtenemos resultados (dominio del tener) dependiendo de las acciones que tomamos (dominio del hacer). Y las acciones que tomamos están íntimamente relacionadas con la manera en que nos observamos a nosotros mismos y observamos el mundo (dominio del ser). La propuesta ontológica se concentra en transformar el tipo de observador que somos, como paso previo a modificar nuestra capacidad de acción. El rendimiento y la efectividad son moldeadas por un modo de ser.

Si quieres TENER, antes tienes que HACER.
Pero para hacer, antes tienes que SER.


Los seres humanos vemos el mundo y actuamos en él desde una particular coherencia que nos abre o cierra posibilidades. Esta coherencia se estructura en base a nuestra historia, creencias, valores y se vive cómo una experiencia en tres ámbitos: el lenguaje, las emociones y el cuerpo

1. Acerca del Lenguaje el coach procura entender cuáles son los “juicios maestros” que determinan la forma de observar y actuar del coachee. Es decir, cómo piensa acerca del mundo, de los que le rodean, del pasado, del futuro, de él mismo. Estos juicios generan sentido e interpretan los hechos cotidianos, estableciendo límites en el aprendizaje, en las acciones y generando sentido e interpretando lo que nos ocurre.

Desde este dominio también se analiza cómo conversa el coachee (Cómo propone e indaga, cómo pide y ofrece, cómo gestiona sus compromisos, cómo escucha, qué coherencia hay entre lo que piensa/siente y hace, cómo pide perdón, cómo dice NO, cómo diseña conversaciones, etc.)

2. En cuanto a las Emociones el coach trata de conocer cuáles son las emociones básicas que caracterizan al coachee, para tratar de producir desplazamientos en las mismas que le permitan observar y hacer cosas que antes no podía. Sólo podemos hacer lo que nuestras emociones nos permiten que hagamos porque nos predisponen a actuar de una forma o de otra.

Así, por ejemplo, si nos sentimos resignados o resentidos, se nos cierran puertas y no vemos muchas posibilidades que si contemplaríamos desde la paz o la ambición.

3. El tercer dominio de análisis e intervención es la Corporalidad, donde se observa cómo estamos “parados” en el mundo, qué posturas adoptamos, cómo nos desplazamos. Se trata de reconocer e interpretar las señales que nos manda nuestro cuerpo para que cambiando movimientos y gestos, por ejemplo, podamos conseguir los objetivos propuestos. ¿Qué acciones son posibles desde el cuerpo que tenemos? ¿Qué corporalidad necesitamos para hacer lo que queremos o para lograr nuestras metas?

Mediante sencillos ejercicios de relajación y respiración podemos, por ejemplo, predisponernos a sentir y actuar en la línea deseada.

Entre los tres dominios, Lenguaje, emocionalidad y corporalidad hay una estructura de coherencia que hace que las manifestaciones de los tres estén alineadas y se retroalimenten mutuamente. En la intervención ontológica se actúa desde cualquiera de los tres dominios, consiguiendo desplazamientos y aprendizajes en los dos restantes. En función del coachee y del tema objeto de trabajo estará más indicado trabajar en uno u otro dominio.

La intervención ontológica se basa en el principio de autonomía del coachee. Él es quien decide, quien opta y en último término quien resuelve. El objetivo es que observe la realidad desde otras perspectivas y que auto-descubra limitaciones y talentos para poder, a continuación, definir sus planes de actuación, expandiendo así su poder de acción y aprendizaje

Cambiando nuestra manera de observar el mundo y a nosotros mismos, cambiando nuestras conversaciones, re-interpretando nuestros juicios acerca de nosotros mismos y la vida, comunicándonos con los demás de una manera más auténtica y efectiva; estaremos en condiciones de tomar acciones diferentes, y por consiguiente, lograr resultados significativos.

Si no es ahora, ¿Cuándo?


Ricard Guillem
Psicólogo – Coach
www.coachingvalencia.com